" Los acontecimientos de la plaza de Tiananmen "








La caída del Muro de Berlín precipitó los acontecimientos en los demás países del este. El régimen de Gustav Husak, guardían de la ortodoxia brezneviana desde 1968, tras un último intento represivo contra una manifestación estudiantil el 17 de noviembre, se derrumbó con enorme facilidad. La denominada "Revolución de Terciopelo" llevó a fines de diciembre a la presidencia de la Asamblea legislativa al héroe de la Primavera de Praga, Alexander Dubcek, y a la jefatura del gobierno a Vaclav Havel, uno de los disidentes más famosos en la Europa comunista.



Al día siguiente de la caída del Muro de Berlín, un golpe dentro de la dirección del partido comunista, alentado por Gorbachov, derrocó al viejo líder Todor Yivkov y llevó al poder a Petar Mladenov, un comunista reformista que inició el camino hacia la democratización del régimen.




Aquí tuvo lugar la revolución más violenta de 1989. El 21 de diciembre el Conducator Nicolae Ceaucescu se encontró con que una manifestación para glorificarle se convirtió en una áspera protesta popular. En ese momento estalló una insurrección preparada por diversos cargos del partido comunista, y apoyada por el ejército y el pueblo. Tras vencer la resistencia de la Securitate, la temida policía secreta del régimen, Ceaucescu y su mujer Elena fueron apresados en su intento de huida, juzgados sumariamente y ejecutados el 25 de diciembre.
La revolución rumana, que causó cerca de dos mil víctimas, puso fin al ciclo revolucionario de 1989 en la Europa oriental. En la pequeña pobre y pro-china Albania hubo que esperar un año más para que la dictadura instaurada por
Enver Hoxha terminara cayendo.






La muerte de Mao zedong abrió una profunda crisis política en la China comunista que finalmente concluyó en 1980 con el ascenso al poder de Deng Chiaoping. Con la nueva dirección China se abrió a Occidente: Deng viajó a Washington, se firmó un acuerdo comercial chino-japonés y se llegó a un arreglo amistoso con el Reino Unido para la vuelta de Hong Kong a la soberanía china. Paralelamente, se emprendió una profunda reforma económica introduciendo elementos puramente capitalistas como la limitación del control estatal, los incentivos a la producción y al consumo y la apertura a las inversiones extranjeras.
El éxito económico fue espectacular y el país crecía a fines de los ochenta a tasas superiores al 10% interanual del PIB. Sin embargo, en el caso chino no se aplicaron reformas de tipo político, las libertades civiles y políticas estaban ausentes y el Partido Comunista siguió manteniendo férreamente el control político del país.
Los ecos de la perestroika llegaron hasta china y en 1989 una oleada de protestas, principalmente protagonizadas por estudiantes, recorrió la geografía china. La "Primavera de Pekín" floreció y el 20 de mayo de 1989 le situación estaba fuera del control de las autoridades comunistas, más de un millón de manifestantes llenaron las calles. El 29 de mayo, los estudiantes demócratas erigieron una estatua en la plaza de Tiananmen a la "Diosa de la Democracia".
Mientras se jugaba una partida interna en la cúspide del poder comunista entre partidarios de la negociación y defensores de la represión. Finalmente, estos últimos se impusieron y el 3 de junio de 1989, unidades militares del Ejército Popular Chino aplastaron la revuelta. Pese al secretismo de las autoridades chinas, se calcula en centenares de muertos y miles de detenidos el coste social de la represión.